¿A qué niño no le gustan las pompas
de jabón? Creo que no existe, ni niño ni adulto, a quién no le gusten las
pompas de jabón, por su forma perfecta, por sus colores casi mágicos, por su
vuelo ligero…son hermosas.
Pero la parte educativa de las
pompas de jabón va más allá de su belleza, dado que realizando pompas de jabón
aprendemos a controla nuestro aparato respiratorio, un aparato fundamental para
el habla y para el control de las emociones. Así que cuando los más pequeños quieran
hacer pompas de jabón, debemos mirarlo no únicamente como una diversión, sino como
una parte más de su educación y aprendizaje.
Dicho esto, si añadimos un poco
de colorante alimenticio a la mezcla de las pompas de jabón, podemos además
trabajar las capacidades artísticas de los más pequeños. ¿Cómo? Dejando que las
pompas exploten sobre un papel en blanco…ya veréis que creaciones más bonitas y
mágicas obtenéis.
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